La tradicional confitería La Ideal, ubicada en la intersección de Suipacha y Corrientes, se encuentra cerrada hace ya unos meses debido a que atraviesa un proceso de refacción integral de sus instalaciones.
“Es un trabajo enorme el que estamos desarrollando. Estamos trabajando en el reciclaje de esta joya arquitectónica que también es un símbolo. Fue uno de los salones más emblemáticos y elegantes de la Ciudad de Buenos Aires. Fueron famosas las tardes de té, sobre todo de la comunidad inglesa”, dijo el Arquitecto Alejandro Pereiro, uno de los encargados de la restauración de la confitería.
El experto contó que el local estaba “muy deteriorado en todos los aspectos” y precisó que se trata de una planta de casi 2 mil metros cuadrados, en los que un gran porcentaje pertenece a los salones de la planta baja y el primer piso.
“La idea es ponerlo en valor y lograr un espacio como fue concebido en su momento: un salón europeo trasladado acá”, sostuvo Pereiro en diálogo con “Urba-NOS” por Radio ArinfoPlay, al mismo tiempo que lamentó que muchas arañas y los artefactos lumínicos del frente se hayan perdido por el paso del tiempo.
El arquitecto destacó la cúpula del local y la araña que se deslizaba y se movía (se ponía más alta o más baja, según el evento que se realizaba). Además, recordó que el primer piso, que balconeaba hacia la planta baja, cerró aproximadamente en la década de 1960 y “le hizo perder elegancia” al espacio.
El local aún cuenta con las vitrinas de bronce y vidrio, hechas especialmente con la flor de lis que fue tomada como símbolo de la confitería, en las cuales se exhibía la pastelería.
También están los dos escenarios: el de la planta baja, donde actuaba la orquesta de señoritas y se hacían despedidas de solteras, y el del primer piso.
Además, se está trabajando en la refuncionalización de la parte de atrás de la confitería, que no estaba abierta al público, y donde hasta había una fábrica de helados, que fue una de las primeras de la Ciudad.
“Allí también se desarrollaban los servicios para atender a la gente y para realizar la distribución a través de ocho camionetas que repartían productos por toda la ciudad. La marca ‘La Ideal’ era muy importante y va a volver a serlo. La idea no es abrir cualquier local: es hacer algo bien hecho porque las obras bien hechas dan satisfacción”, recalcó Pereiro y estimó que el trabajo llevará alrededor de un año más.
En la nueva confitería también se va a hacer pequeño museo para exhibir elementos y ofrecer un panorama de lo que fue un siglo de funcionamiento en el pasado. “Los que adquirieron el local son gastronómicos de alma y representantes de “la galleguidad”. Hacen las cosas por el placer de hacerlas bien y eso es esencial”, señaló el arquitecto.
Catalogado como bar notable, las obras apuntan a recuperar la identidad de La Ideal. “Aquí se la conoce muchísimo y en el exterior mucho más. Los extranjeros nos golpean la persiana mientras estamos trabajando, porque vienen a conocerla”, concluyó Pereiro desde los micrófonos de Radio ArinfoPlay.
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