Cada vez son más los murales que embellecen las paredes de la Ciudad de Buenos Aires. Martín Ron, uno de los mayores exponentes argentinos del denominado Street Art, celebró este auge.
“Está creciendo mucho Buenos Aires en cuanto a propuestas de arte urbano. Varios artistas se fueron sumando a la movida y evolucionando su técnica del street art. Son verdaderas piezas de arte las que se desarrollan por autogestión de los artistas”, señaló Ron en diálogo con “Urbanos” por Radio ArinfoPlay.
Para el muralista, estamos en un momento en el que “abundan las propuestas” y en el que “hay muchos artistas que encuentran un lugar de expresión en la calle”. Celebró que existan “movidas muy grandes que involucran tanto al sector privado como al público” que hagan que la movida del arte urbano “crezca exponencialmente”.
También destacó que hay mucha libertad que hay al momento de pintar las paredes y mucha disposición de los vecinos a ofrecer sus paredes. “Así, los artistas pueden encontrar un lugar de desarrollo profesional y dignificar su laburo”, planteó.
“Hay un sistema de promoción del arte urbano y de propuestas como ‘Color BA’ o ‘Embellecimiento urbano’ en Tres de Febrero. Las propuestas abundan y está bueno. Eso genera que los artistas puedan hacer producciones mucho más interesantes en cuanto a envergadura y a escala por los recursos de los gobiernos y los entes privados”, sostuvo Ron.
El artista se refirió al cambio en la percepción que hay del arte urbano: “Empezó en la marginalidad, siempre estuvo asociado a lo vandálico. Pero la producción hizo que la gente empiece a descubrir que está bueno. Eso motivó a generar un circuito en el que se ofrecen paredes, los vecinos quieren que los artistas les pinten y el gobierno también. Así se genera una espiral de crecimiento”.
“Hoy tiene bastante aceptación. Es una actividad noble, en la que artista pone su dinero, su tiempo y su esfuerzo para hacer una obra. Esta puede no gustar, pero se nota que hay trabajo, esmero y dedicación. Es mínima la cantidad de gente que puede vandalizar, escrachar o hacer una maldad. Se genera un código de convivencia entre artistas y vecinos”, recalcó.
Según Ron, un mural es, además, una solución estética para la gente que no tiene recursos “ni para pintar la fachada de blanco”. Esos vecinos “pueden donar su pared y algún artista interesado siempre va a haber”.
En esa línea, remarcó la generación de polos o centros de arte en la Ciudad, a los que van muchos artistas a pintar.
“No solamente son murales que aparecen, detrás hay un equipo de personas que destinan su tiempo y esfuerzo para hacer de la ciudad un lugar más lindo”, concluyó desde los micrófonos de Radio ArinfoPlay.
